Ayuda mutua es capitalismo solidario.
Ciudad Guayana 9 de noviembre de 2013
Si algo maravilloso está sucediendo en el mundo es lo que ocurriò en Venezuela el año 1998 con
la llegada al poder del comandante
(F) Hugo Chávez Frías. No por su persona en sí, sino por la doctrina política
socialista que presentó y ganó el favor de 3.673.685 millones de venezolanos con un 56.20% de los votos. Esto representó
un aliento y nuevas esperanzas de justicia social para el pueblo pobre y
trabajador.
No podemos negarlo.
No podemos negarlo.
No obstante, la gente rica no cree en el socialismo, y tiene
sus razones de peso.
Aunque este movimiento revolucionario, que trae cambios
sociales pacíficos, levante la bandera del cristianismo católico, no deja de
escucharse que al Presidente Nicolás Maduro Moros quieran asesinarlo para
acabar con la revolución socialista.
Política y religión ¿pueden estar unidas para favorecer al
pueblo humilde y trabajador? ¿Qué cuenta la Biblia? Trabajar desde el Gobierno
para llevar alimentos, servicios públicos, salud, educación, vivienda, deporte,
magníficas carreteras y transporte público, aumento sostenido del poder
adquisitivo ¿es “malo”? Cuando los
apóstoles fundaron la iglesia de Cristo ¿Tuvieron oportunidad de ascender al
Gobierno de forma democrática para administrar recursos en favor de los pobres?
No. La iglesia obligó a los ricos. Luego trató de corregir el problema surgido
y estableció la ayuda mutua, pero en parte. Mas, no tuvo tiempo porque llegó la
persecución.
¿Qué pasa con los cristianos que poseen abundancia de bienes
materiales y están comprometidos con ayudar a los pobres? ¿Es necesario entrar
en un proceso “político” para coaccionarlos u obligarlos por la fuerza de leyes penales? O ¿Recibir educación "socialista" acerca del desarrollo de la conciencia del deber social?
¿Es doctrina cristiana que los ricos ayuden a los pobres?
Si la Biblia es ambigua en este sentido los humanistas no lo
son. Y en ellos han estado gente rica y gente pobre. Aquellos, haciendo lo que
puedan a pesar de recibir “persecución”. Estos, reclamando a medida que se
fortalece la democracia y también siendo perseguidos.
Ellen White le escribió a la iglesia adventista cuando ésta
prosperaba alrededor de 1863 lo
siguiente: “Es propósito de Dios que ricos y pobres vivan unidos por lazos de
simpatía y de ayuda mutua. Los que disponen de recursos, de talentos y
capacidades deben emplearlos en provecho de sus semejantes” (El Ministerio de Curación,
pág. 145).
Resulta increíble saber que los que luchan a favor de los
pobres sean perseguidos. O NO SE LES PERMITA REALIZAR SU TRABAJO. O no sepan cómo
hacerlo. Es la verdad pura y simple.
La historia dice que “Ayuda Mutua” fue
la estructura socio económica desarrollada por San Pablo para resolver la
crisis generada por el comunismo incipiente provocado por San Pedro al
organizar la primera iglesia cristiana. Claro que sí.
La historia bíblica lo registró: “La
multitud de los que habían creído era de un corazón y un pensamiento. Y ninguno
decía ser suyo nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”
(Hechos 4: 32).
El “Bien Común” fracasó porque provocó
que los ricos abandonasen sus empresas por venderlas y dar el dinero a los
pobres. Esto ocasionó que multitudes comiesen sin trabajar.
La actitud de San Pablo no fue la de coaccionar a los ricos con aquella sentencia tan terrible: “Más fácil es pasar
un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”
(Marcos 10: 25), sino de obligar a los pobres a trabajar: “Si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma” (2 Tes. 3: 10).
San Pablo estaba de acuerdo con Cristo en el
sentido de que muchos hombres malos o lobos rapaces podían ser hasta pastores y
se disfrazaban de corderos (Juan 10: 10-13, Hechos 20: 29, 30) solo para
disfrutar de extraordinarios salarios. Ese fue el mensaje a la Iglesia de
Miletos, y además, exigió la implantación de la ayuda mutua como sistema socio
económico:
"La plata, el oro y el vestido de nadie he
codiciado.
"Antes, vosotros sabéis que para mis necesidades
y las de mis compañeros, estas manos me han servido.
"En todo os he enseñado que, trabajando así, se
debe ayudar a los necesitados, y recordar las Palabras del Señor Jesús: 'Es más
dichoso dar que recibir" (Hechos 20: 33-35).
El apóstol de los gentiles montó una fábrica
de tiendas en asociación cooperativa con Aquilas y Priscila, su esposa (Hechos
18: 3).
El que dude que San Pablo tuviera abundancia
de bienes materiales desconoce su origen fariseo. Ninguno de ellos era pobre.
Mas, el dogma pregonado por los doce apóstoles y sobrevenido de las enseñanzas
de Cristo no comprometió la conciencia del nuevo apóstol. No cedió a las
exigencias de vender sus propiedades y dar el dinero a los pobres.
Que los doce apóstoles fundaran sus
iglesias con el régimen dogmático, no le molestaba. Sus iglesias se organizaban
con el esquema del capitalismo solidario.
Esto
enseñaba San Pablo:
“Así, por medio de Jesús, ofrezcamos siempre a Dios
sacrificio de alabanza; a saber, fruto de labios que confiesen su Nombre”.
“No os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua,
porque tales sacrificios agradan a Dios” (Hebreos 13: 15, 16).
Este trabajo es una invitación para
descubrir estas verdades y cómo organizar una red social financiera con el
esquema de la ayuda mutua. Es posible captar un millón de amigos para dar y recibir
dinero para la causa de Cristo y la causa del evangelio. La profecía bendita lo
asegura:
Entonces Pedro le dijo: "Nosotros lo hemos dejado
todo y te hemos seguido, ¿qué, pues, tendremos?”
Jesús respondió: "Os aseguro que ninguno que haya
dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, esposa o hijos, o heredades,
por causa de mí y del evangelio,
dejará de recibir cien veces más ahora en este tiempo:
casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y heredades, con persecuciones; y en
el siglo venidero la vida eterna.
Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos,
primeros"(Marcos 10: 29-31).
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