PROFECÍAS

1- Profecía bendita

Texto de oro: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3: 10).

Está más que demostrado que Internet está cambiando el mundo en un planeta mejor comunicado y mejor informado. La verdad se hace cada vez más objetiva y veraz. Todo se manejará desde una computadora personal, o una Laptop, o un teléfono celular. Pero en tiempo del profeta no se tenía este conocimiento que, aún los niños lo poseen hoy.

La visión que tuvo el profeta, que no logró descifrar  para la gente de su época, era que del satélite geoestacionario bajaban señales informáticas que se convertían en dinero gracias a la banca on line.

No hay otra explicación. Y más allá de los dogmas y discriminaciones religiosas, esa bendición de abundancia, será para resolver el desempleo, la pobreza y el hambre. NO PARA FOMENTAR LA  ACUMULACIÒN DE CAPITAL Y AMENAZAR CON SU PODER A LOS MÀS DÈBILES. QUE ES EL ESQUEMA DEL CAPITALISMO SALVAJE Y NEOLIBERAL.

La exégesis bíblica, o contexto de este mensaje, gira alrededor de dos citas:

1.       “Pero tú, Daniel, cierra la palabas y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará” (12: 4).

2.       “De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros” (Marcos 10: 29-31).

 El “tiempo del fin” es el tiempo que señala Cristo para que se cumpla la profecía bendita: “PERO MUCHOS PRIMEROS SERÀN POSTREROS, Y LOS POSTREROS, PRIMEROS”. Y nosotros vivimos “el tiempo del fin”. Identificado por el avance de la ciencia y sus grandes inventos: La radio, la televisión, el teléfono. La bomba atómica señala, luego, ese tiempo tan peligroso.
Los cristianos de esta época, debido al poder económico, cultural y financiero podemos poseer la llave de la salvación y la vida eterna, y ello se logra si obtenemos de N.S. Jesucristo “la cosa que nos hace falta” por razón de la gran revolución social en pro de los más necesitados, sino estaremos excluidos. Cristo es claro cuando dice:

“Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz” (Marcos 10: 21).

Negar que los cristianos de aquella iglesia primitiva vivió la experiencia de la cruz, o del negarse a sí mismos, es una creencia mentirosa. Experimentó el dogma de obligar a los ricos a vender sus propiedades y darla a los pobres. Más aun, estableció el comunismo porque desarrolló la vida comunitaria y la propiedad colectiva o bien común. Hoy podemos estudiar estas verdades y darnos cuenta del fracaso de los apóstoles. Y la triste razón era que esas grandes fortunas se administraban  sólo para alimentar a la multitud y no para el desarrollo socio productivo (Hechos 2: 43-47; 2 Tesalonicenses 3: 6-15).

No obstante, San Pablo, nuevo apóstol,  analizó la situación y organizaba pequeñas fábricas de tiendas para su sustento y el de sus colaboradores (Hechos 18: 3; 20: 33-35).
Pablo escribió: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de alabanza, es decir fruto de labios que confiesen su Nombre. Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificio se agrada Dios” (Hebreos 13: 15, 16).
Nuestro proyecto no será ni capitalista ni socialista. Aquel porque acumula capitales para coaccionar a los más débiles. Este porque conduce al comunismo y elimina la propiedad privada. Nosotros estamos obligados a llevar adelante la ayuda mutua o capitalismo solidario con el gran objetivo planteado por Ellen White (1825.1915) en su libro El Ministerio de Curación:
“Es propósito de Dios que ricos y pobres vivan unidos por lazos de simpatía y de ayuda mutua. Los que disponen de recursos, de talentos y capacidades deben emplearlos en provecho de sus semejantes”.
Debemos, entonces, actuar en concordancia con estas revelaciones y organizar la red social financiera para dar y recibir dinero en nuestras cuentas bancarias. Todo en apoyo de la causa de Cristo y del evangelio. ¿Amén?
Usted debe participar en la primera fase o equipo promotor: “PROMOTORES DE LA ABUNDANCIA”.


 2- Profecía maldita
Para Dios no hay pecado más grande que sus hijos lo sustituyan por ídolos, y rindan culto y tributos a “dioses” que no hablan, o a imágenes de barro, de oro; o a la misma cruz donde fue clavado Cristo.
Dice la Santa Biblia:
“Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.
“No tengas otros dioses aparte de mí.
“No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en el mar debajo de la tierra.   No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos;  pero que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos” (éxodo 20: 3-6).

Al tomar posesión de la tierra prometida, “la tierra que fluye leche y miel” el Señor ordenó: “Destruid por completo todos los lugares donde los pueblos que vais a conquistar adoran a sus dioses: en los montes, en las colinas y bajo los árboles frondosos.  Derribad sus altares, haced pedazos las piedras y quemad los troncos a los que rinden culto; destruid las imágenes de sus dioses y borrad de aquellos lugares su recuerdo ( Deuteronomio 12: 2, 3).

“Los israelitas no cumplieron cabalmente estas instrucciones acerca de destruir los “lugares altos”, que eran centros de adoración CONTINUARÁ

Cumplir los diez mandamientos es la gran verdad que debemos cuidar al predicar el evangelio.

Cristo apoya esta afirmación cuando dijo:

“No penséis que yo he venido a poner fin a la ley de Moisés y a las enseñanzas de los profetas. No he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero sentido. Porque os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra no se le quitará a la ley ni un punto ni una coma, hasta que suceda lo que tenga que suceder.  Por eso, el que quebrante uno de los mandamientos de la ley, aunque sea el más pequeño, y no enseñe a la gente a obedecerlos, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedezca y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos” (Mateo 5: 17-19).

De allí que ningún profeta es enviado de Dios si no cumple y enseña la suprema Ley. Ese profeta está estigmatizado ante el pueblo de Dios, y sus anuncios rechazados porque desviarán a todos los creyentes a cultos de imágenes y/o cultos satánicos.

“Si aparece entre vosotros un profeta o visionario, y os anuncia una señal o un prodigio,  en caso de que se cumpla lo que os había anunciado y os diga: ‘¡Vamos y sigamos a otros dioses que no conocéis! ¡Vamos a rendirles culto!’,  no le hagáis caso. Porque el Señor vuestro Dios quiere poneros a prueba para saber si le amáis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.   Seguid y honrad solo al Señor vuestro Dios; cumplid sus mandamientos, escuchad su voz y rendidle culto; vivid unidos a él.  Y ese profeta o visionario será condenado a muerte por haber aconsejado que os rebeléis contra el Señor vuestro Dios, que os libró de la esclavitud a que estabais sometidos en Egipto, y por tratar de que os apartéis del camino que el Señor vuestro Dios os ha ordenado seguir. Así acabaréis con el mal que haya entre vosotros (Deut. 13: 1-5).

Cristo alertó acerca de los falsos profetas que vienen disfrazados de corderos pero son lobos rapaces (Vea Mateo 7: 15). Cuando habló de las señales del tiempo del fin alertó también contra los falsos profetas que se levantarán yengañarán a muchos (Mateo 24: 11). Pero lo debe asustarnos es su profecía maldita:

“Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos (Mateo 24: 24).

¿Cuántas religiones predican a Cristo pero rechazan la Ley de Dios?

¿Podrán decir ellos que nunca encontraron el rollo de la Ley como lo hizo el rey Josías? (Vea 2 Reyes 22-23).
¿QUÉ PUEDE RESULTAR PEOR CUANDO AFIRMAN CATAGORICAMENTE QUE NINGÚN CRISTIANO PUEDE GUARDAR LA LEY “PORQUE PECA AUN CON LA MENTE?

Tienen razón. No son salvos. No tienen el poder del Espíritu Santo. No han conocido al verdadero Cristo. No conocen a Dios, sino a Satanás que una vez los engañó con sus falsos profetas y  falsos cristos.
Sí. Usted puede descubrir quién es un falso cristo. Un falso evangelio. Un evangelio apócrifo. (Vea 1 Juan 3: 1-8).


No hay comentarios: