La elevada conciencia del deber social que posee todo
verdadero cristiano no está determinada por ninguna revolución “socialista”,
sino por el conocimiento profundo de la ley de Dios.
Mas, sin embargo, por existir un apático vacío en la
comprensión de la responsabilidad social determinado por el 132 Constitucional
que obliga como deber patrio que: “Toda
persona está en el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar
solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y
defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática
y de la paz social”, es urgente, en virtud de las oportunidades otorgadas
por las leyes en Venezuela estudiar este tema.
Nadie en Venezuela puede negarse al deber social. Lo que
antes obligaba sólo a las empresas, como personas jurídicas por sus ganancias
anuales, a contribuir con las Fundaciones y ONG, todo cambió desde 1999: las personas
naturales estamos obligadas a desarrollar un trabajo social voluntario. Y es la
iglesia, como hermandad y como persona jurídica, lanzar el programa de ayuda mutua y la red social
financiera, puesto que sin recursos no vale ningún trabajo social voluntario y la iglesia ha demostrado que con sólo el diezmo no ha trascendido sobre el brazo del hombre o "política".
Que en E.U.A. no exista esta ley y los hermanos actúen
apegados a sus leyes, no tienen excusas ante Dios, mucho menos ante nosotros
que somos un país del “tercer mundo”, subdesarrollado y con una gran pobreza
relativa. No una gran potencia como lo son ellos.
Ante estas realidades, razonamos con absoluta lógica. Si
muchos permanecen como niños espirituales en su expresión altruista hacia sus
mismos hermanos en la Fe y no practican la ayuda mutua desde el punto de vista de un capitalismo
solidario; muchos, también, no esperarán que se acaben estas oportunidades para
invertir todo lo que son y todo lo que tienen en la causa de Cristo y en la
causa del evangelio.
Nuestro programa de ayuda mutua, estructura básica de la red
social financiera, se fundamente en la instalación de Salas Web Proactivas
(SWP). Sea en el local de cada iglesia. Sea en la sala de cada hogar que cumpla
los requisitos.
Para entender qué es una SWP basta conocer sus cuatro
talleres ofimáticos:
La SWP no es otra cosa que “Dar el pescado y enseñar a
pescar”.
Y en este plan existe más amor que dar una bolsa de comida
de manera esporádica a los hermanos pobres.
Pero reconózcase que pobre no ayuda a pobre como es el caso
de miles de congregaciones donde no hay plan de desarrollo socio productivo.
Donde no hay inversión para potenciar las habilidades artesanales e
industriales. El taller 4 es una ayuda educativa muy valiosa para aquellos
hermanos que no puedan accesar a la red social financiera.
Por lo tanto, la SWP supera a aquella esperanza infundada en
la oferta de Cristo al joven rico: “Una cosa te falta: anda, vende todo lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme,
tomando tu cruz” (Marcos 10: 21).
San Pablo superó al plan misionero del resto de los doce
porque llevaba la ayuda mutua:
1-
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio
de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su
nombre. Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales
sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13: 15, 16).
2-
“Ante vosotros sabéis que para lo que me ha sido
necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo
os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que
recibir” (Hechos 20: 34-35).
3-
“Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y
fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con
Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos
saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos,
y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas” (Hechos 18: 1-3).
¿Amén?
No hay comentarios:
Publicar un comentario